Ah! mi droga literaria perdida, mi píldora de escape para salir de la rutina y escribir sin la piel que me rodea, rasgos perdidos que ahora quiero retomar para recobrar mi coherencia con mi interior, sin auxiliarme de sentimientos que permitían que mis palabras fluyeran tanto como los ríos que recorren con fuerza hacía el océano; admitiré que la vida es más manejable sin la fuerza oscura que predomina la mente humana: los miedos, los problemas, las desilusiones, la maldad escondida debajo de la piel de oveja de muchas de las circunstancias caóticas que se vive a diario. Todo aquello alentaba mi impulso agresivo de literatura, mi aprisionamiento de las palabras para hacerlas mías, para expulsar toda culpa por cada trazo cortado por una frase que alentaba mi motivación inicial para escribir. Muchas veces solían ser sentimientos ajenos pero que aumentaban su valor al momento de tocarse con mi mente, convirtiéndolo así en piezas de un rompecabezas fantástico que solo yo podía desarmar. No quiero cambiar ese estilo, sin embargo, pretendo retomar la esencia de todo y seguir en mis ironías, pero sin generar un pensamiento adverso dentro de mi que se albergaba en cualquier dilema y se fusionaba.
Espero serle fiel nuevamente a los pensamientos perdidos, a la naturaleza extraviada entre mis diferentes ocupaciones... volveré a gritarle a la vida obscenidades recordándole que aún existo y que quiero demostrarle que aún tengo voz para gritarle en la cara, mirándola fijamente y decirle '¡estoy viva!', sin morir en el intento...
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