martes, 3 de noviembre de 2009

La inocencia y la culpabilidad...

Es cierto que todos demostramos debilidades inciertas o nos sentimos heridos por muchos errores que se cometen día a día. No se miden las consecuencias ya que tomamos en cuenta nuestras propias condiciones del error y nos escudamos de falencias que nos permiten aligerar nuestras culpas y los regaños que se puedan recibir. A veces me pregunto, ¿si las acciones que ejecutamos, por más sinceras y de mayor empeño sean las correctas? ¿Por qué me siento tan miserable después de tanto esfuerzo? Se siente como si no se manejara toda la situación, muchas veces incurriendo a problemas lógicos y reales, pero que damos por sentado y generan molestias. Ante mi se presentan los ánimos caídos y rendidos, de los cuales no puedo culpar, ya que existen factores externos, imperceptibles al resto mundano existente, pero que están ahí, esperando a que puedan hacerte caer a la más profunda desesperación.

Es tan difícil de explicar, es tan difícil de entender; lo que más podría necesitar sería un poco más de credibilidad, o de accesibilidad. Es verdad que la lejanía crea ese círculo de mentiras verdaderas o de verdades a medias que más suenan a mentiras. ¿En que podemos creer? ¿Deberíamos ceder a esa propia presión que genera la vida, tambaleante, para hacernos caer a sus redes de soledad? Yo creo en la verdad; en mí no existen verdades a medias, no existen mentiras verdaderas. Mi alma es un libro abierto; quizás el mundo no entienda lo que se muestra, a veces pensará que se oculta mucho más de lo que se puede ver... pero he aquí a alguien vulnerable, con inseguridad, sensible y sincera; pocas veces se muestran en estas lineas algo parecido a coherencia de esta autora, pero en realidad siento que existe alguna cosa buena en el interior... Pero no lucho lo suficiente, me desespero por rasgar un poco el lenguaje desconocido y quisiera que fueran otras circunstancias, otra forma de seguir... pero no cambiaría mi sendero por nada en este mundo, aún cuando hayan piedras, obstáculos, dificultades. Siento que puedo avanzar, pero necesito credibilidad...

Aún las decisiones que se toman cada día se tornan más difíciles y demuestran que no existe preparación previa a nada de lo que debe de pasar por el camino. Todo debe seguir su curso normal de la vida, siendo este los buenos y malos momentos que se comparten. No puedo predecir el futuro; pero se que existen aguas turbulentas al frente, a lo lejos... quiero sobrevivir, quiero seguir así... estás dispuesto a seguirme a mi? Todo lo que esta en mi camino me grita tu nombre, mis pasos generan sonidos en donde se aprecia tu voz, mi mente juega con mis sentimientos, mostrando recuerdos fervientes que generan sentimientos encontrados... y sigue ayudándome a seguir caminando sólo con tu alma a mi lado, que aunque se que no estoy ahí, mi alma y mi corazón siguen tus pasos hasta que sea el momento de volvernos a encontrar. Nunca olvides eso.