..detrás de estas palabras, existe una razón, una circunstancia y un hecho. Y aunque sienta que lo que era incierto, ya no lo es, siento que he entrado a la época del conformismo, del minimalismo. He aquí lo que pienso, lo que siento, lo que percibo. ¿Quizás demuestre algún despojo de emoción? Pues no lo sé. Algo dentro de mi debe decir algunas palabras agudas al sentido, y pequeñas, en comparación a las que le llegan desde lejos, que aunque la razón y la cordura sientan que son escritos con las arenillas al pie del mar despojado de vergüenza, el corazón, que esta encerrado, suspira al otro lado de aquel muro que lo aprisiona nuevamente, sin dejarlo respirar.
Pues si bien es cierto que muchas voces cercanas han hablado, han expresado la verdad que reside en mi, dando más razones de contener mi corazón olvidado, la decisión reside en mi. Pero, ¿aún podrá residir en mi? ¿Tengo la suficiente valentía de dar vuelta a las páginas de los libros para crear esa nueva historia que hace que mi mano tiemble de solo pensar en ello? No es por una banalidad que mencionan muchos de la frialdad y de lo calculadora que mi ser puede llegar a ser, cuando encierro mi voz que quiere gritar al viento... es a esto a lo que siempre temo, a lo que siempre huyo, acorralada por todo lo abrumante que es seguir adelante, abrir mis ojos y percibir que la vida no es tan negra como puedo ver. Es por eso que, aunque demuestre fortaleza, soy débil de carácter, débil de espiritu, débil... tan débil, que siento que es esto lo que debe de permitirme perderme a lo lejos, ser olvidada, pasar desapercibida a través del tumulto de las multitudes, de las estaciones, de los inviernos y veranos que me verán andar arrastrando poco a poco esto que sepulta mi alma amarrada a mi sombra. Soy ese ente oscuro que suelo mencionar en mis largos y dolorosos escritos; soy ese pensamiento que debería ser borrado de cualquier mente pura y delicada que contiene dulces pensamientos; soy aquella que debe de ser olvidada del largo pergamino de mantiene todo lo existente, para que ya no este presente.
¿Se puede dejar en el olvido lo que se ha dicho con tanto afán, lo que se expresa de manera sincera y sin tapujos, que de sólo pensarlo podría hacer llorar hasta los más fuertes? Cualquier mortal que diga una verdad tan inescrupulosa, debería ser encarcelado eternamente. Pues, soy mortal y corriente como cualquier despojo dejado al vaivén del viento; no puedo olvidar ni tampoco dejar de sentir un vacío profundo que queda siempre detrás de cualquier evento de esta naturaleza. Pero lo que si debo de recordar que cualquier sentimiento, que deriva a las olas profundas de decepción y lejanía, mueren marchitos, mueren secos, o los mata la falta del oxígeno de vida.
Como una nota alejada de todo contexto, siento que lo correcto no radica en finales felices, o como podría imaginar de los cuentos de hadas que se presentaban como historias llenas de encanto en mi niñez; solían mostrar ese lado utópico de cualquier acción; que contenía dos amantes lejanos, un villano y las suertes de sus vidas que podía unir sus caminos para desembocar en el tan esperado final. La verdadera realidad radica en seres distintos, en personajes obtusos, simétricos, asimétricos y discordantes. Pues no sé que es lo que deparará desde ahora mi camino a seguir, sólo sé que lo único que puedo decir por ahora, es, que te extraño.
Pues si bien es cierto que muchas voces cercanas han hablado, han expresado la verdad que reside en mi, dando más razones de contener mi corazón olvidado, la decisión reside en mi. Pero, ¿aún podrá residir en mi? ¿Tengo la suficiente valentía de dar vuelta a las páginas de los libros para crear esa nueva historia que hace que mi mano tiemble de solo pensar en ello? No es por una banalidad que mencionan muchos de la frialdad y de lo calculadora que mi ser puede llegar a ser, cuando encierro mi voz que quiere gritar al viento... es a esto a lo que siempre temo, a lo que siempre huyo, acorralada por todo lo abrumante que es seguir adelante, abrir mis ojos y percibir que la vida no es tan negra como puedo ver. Es por eso que, aunque demuestre fortaleza, soy débil de carácter, débil de espiritu, débil... tan débil, que siento que es esto lo que debe de permitirme perderme a lo lejos, ser olvidada, pasar desapercibida a través del tumulto de las multitudes, de las estaciones, de los inviernos y veranos que me verán andar arrastrando poco a poco esto que sepulta mi alma amarrada a mi sombra. Soy ese ente oscuro que suelo mencionar en mis largos y dolorosos escritos; soy ese pensamiento que debería ser borrado de cualquier mente pura y delicada que contiene dulces pensamientos; soy aquella que debe de ser olvidada del largo pergamino de mantiene todo lo existente, para que ya no este presente.
¿Se puede dejar en el olvido lo que se ha dicho con tanto afán, lo que se expresa de manera sincera y sin tapujos, que de sólo pensarlo podría hacer llorar hasta los más fuertes? Cualquier mortal que diga una verdad tan inescrupulosa, debería ser encarcelado eternamente. Pues, soy mortal y corriente como cualquier despojo dejado al vaivén del viento; no puedo olvidar ni tampoco dejar de sentir un vacío profundo que queda siempre detrás de cualquier evento de esta naturaleza. Pero lo que si debo de recordar que cualquier sentimiento, que deriva a las olas profundas de decepción y lejanía, mueren marchitos, mueren secos, o los mata la falta del oxígeno de vida.
Como una nota alejada de todo contexto, siento que lo correcto no radica en finales felices, o como podría imaginar de los cuentos de hadas que se presentaban como historias llenas de encanto en mi niñez; solían mostrar ese lado utópico de cualquier acción; que contenía dos amantes lejanos, un villano y las suertes de sus vidas que podía unir sus caminos para desembocar en el tan esperado final. La verdadera realidad radica en seres distintos, en personajes obtusos, simétricos, asimétricos y discordantes. Pues no sé que es lo que deparará desde ahora mi camino a seguir, sólo sé que lo único que puedo decir por ahora, es, que te extraño.
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